El pasado jueves y viernes tuvo lugar en la Universidad Loyola Andalucía el congreso de Medinge Group, un think tank de expertos que se dedica al estudio y difusión de ideas relacionadas con marcas conscientes de todo el mundo.
El encuentro, que es la segunda vez que se celebra en España (la primera vez fue en ESADE) constó de una serie de conferencias y varios workshops, de los que se extrajeron unas interesantes conclusiones.
Tuve la suerte de participar en la moderación de uno de los workshops junto con Giuseppe Cavallo fundador de Voxpopuli en el que debatimos alrededor de una pregunta que lanzamos a un grupo de millenials el jueves y repetimos el viernes a empresarios y ejecutivos. La pregunta fue: “¿Cuál debe ser la aportación de marketing en la generación de un impacto positivo de negocio?”
Este post reflexiona sobre la diferencia en las conclusiones de los dos grupos:
Hablando de marcas que transmiten valores, los jóvenes tenían como referencia a empresas como IKEA, Benetton, Starbucks, Decathlon, Coca Cola o Disney. Sin embargo, los ejecutivos nombraron empresas como Ferrari, Ducatti o más locales, Ybarra y Cruzcampo.
Después de una hora de debate con cada uno de los grupos, nuestro trabajo fue destilar todas las aportaciones en una main idea por colectivo. Estas fueron:
- Millenials: Definir/generar valores desde dentro de la empresa, que sientas que la empresa actúa por ti, añadiendo valor real a la vida de las personas y mostrando su dimensión humana.
- Ejecutivos: Usar la comunicación como herramienta estratégica y llenarla de sentido coherente entre producto, necesidad y valores creados primero desde dentro, escuchando activamente a la sociedad. Encontrar la sostenibilidad dentro de tu propia existencia.
Me gustaría resaltar que mientras los millenials adoptaron una posición más altruista (sentir que la empresa está actuando por ti) los ejectuvos hablaban de la comunicación como una herramienta para conseguir cosas. No sólo vender, es cierto, pero el mood era más pegado a los resultados.
Como reflexión final, queda clara la diferencia entre los dos grupos que participaron en el workshop. Ambos son conscientes en primer lugar de su realidad, pero tácitamente ven alejada la realidad de la otra parte.
Los ejecutivos hablaron más de herramientas, estrategia y supervivencia, dejando claro que la consciencia y la conciencia empresarial está enfocada en primer lugar hacia el mantenimiento de la empresa, algo que la realidad del mercado y los finales de mes le recuerda todos los días. Los millenials, liberados aún de esta presión, proyectan sus ideales hacia un mundo más solidario, ideal.
¿Es todo esto compatible?
Creo que la respuesta también está entre las conclusiones de los dos grupos. Por parte de los jóvenes, mejorar la humildad en las empresas reconociendo y rectificando sus errores. Inculcar valores y transmitirlos, añaden, mejorará la percepción del mercado. Por la parte empresarial, la clave está en mantener repartida la energía entre el presente y el futuro. El hoy y el mañana. Las ventas y la sostenibilidad.
Una gran experiencia de conocimiento y contraste, que sin duda pone un grano de arena en el desarrollo de la comunicación, las marcas y, al fin, de una sociedad mejor.
