29 de marzo de 2018. Satya Nadella, CEO de Microsoft desde 2014 escribe a las 7:29 de la mañana un email a sus empleados con el asunto “Embracing our future: Intelligent Cloud and Intelligent Edge” , es decir, “Abrazando nuestro futuro: inteligencia artificial y nube”.
Este email deberá estar en cualquier relación de hitos de la revolución digital que estamos viviendo. ¿Por qué?
Con su mensaje, Nadella da un giro radical a una empresa que nació en 1975 con un solo producto: el sistema operativo, primero con MS-DOS y posteriormente con Windows. Por tanto, 40 años después de su nacimiento, el actual CEO de Microsoft reduce al mínimo la división de desarrollo del producto que tantos éxitos y beneficios les ha dado a la empresa de Redmon.
¿Windows está en decadencia?
No es decadencia, es adaptación al medio. Es cierto que en los últimos años de Bill Gates y posteriormente Steve Ballmer hasta su renuncia en 2014, algunas decisiones estratégicas no estuvieron a la altura. El intento de recuperar terreno en los móviles comprando Nokia ya es un fiasco declarado, y con él, la oportunidad de recuperar cuota de mercado.
Con Windows alcanzaron una increíble cuota de penetración en los 80 y especialmente en los 90, década en la que llegó a superar el 90% (9 de cada 10 dispositivos en el mundo tenían Windows como SO).
Pero desde 2007 comenzó a perder esa hegemonía con la irrupción de los móviles y las tablets, es decir, IOs de Apple y Android de Google, reduciéndose a un discreto 30%. Microsoft había llegado tarde al desarrollo de ambos dispositivos y, por tanto, el control de una buena parte de los mismos.
¿Por qué la nube y la inteligencia artificial?
Por un lado, la nube va acaparando a cada vez más usuarios. La progresiva reducción del coste de almacenamiento, y el mayor acceso a redes cada vez más potentes, está soportando un crecimiento de servicios en la nube nunca vistos. Pero no olvidemos que tener información en la nube implica alimentar de información a las empresas que dan estos servicios.
Por otro lado, la inteligencia artificial, la capacidad de que las máquinas imiten a los humanos a través de herramientas y algoritmos, se está abriendo paso desde hace años en nuestras vidas sin darnos cuenta, y actualmente estamos en uno de esos puntos de inflexión que deben agendarse. Tanto Microsoft, a través de su comunicado de Nadella, como también Google, en su Google I/O 2018, han declarado con apenas 2 meses de diferencia, su intención de darle un papel protagonismo a este tipo de desarrollos.
Tenemos por delante unos apasionantes años de innovaciones, esta vez, relacionados con el acercamiento de las máquinas a las personas.
La revolución digital continúa.